lunes, 13 de febrero de 2012

Tendencias del turismo sustentable

Twitter: @vicenteferreyra

Hace unas semanas, la consultora GFK publicó el estudio “The Environment: Public Attitudes and Individual Behavior — A Twenty-Year Evolution (El Medio Ambiente: actitudes y comportamientos – 20 años de evolución)”, un análisis de actitudes y comportamiento del consumidor de principios de los 90’s a la fecha. Los resultados son interesantes, ya que muestran un consumidor mucho más informado, que identifica mejor lo “bueno y malo” en materia ambiental y que está, de forma individual, contribuyendo con pequeñas acciones a cambiar la realidad en la que vivimos.

El estudio menciona que los hábitos de los entrevistados han aumentado 50% en relación a hace 20 años en temas como el reciclaje, la compra de productos verdes y un transporte más amigable con el ambiente. También es una realidad que los consumidores actuales quieren que las compañías sigan realizando acciones ambientales y consideran que dichas empresas están tomando, al proteger el ambiente, decisiones inteligentes de negocios.

Estos datos son solo un ejemplo de cómo el consumidor es cada vez más consciente de la problemática ambiental y social, y reflejan su  exigencia a gobiernos, empresas y asociaciones para tomar acción y afrontar estos retos. Por supuesto esto sucede en varios sectores y actividades económicas, y el turismo no es la excepción.

En las siguientes líneas se hace un análisis de las tendencias del mercado ligado al turismo sustentable, las características de la demanda y las respuestas (o la falta de las mismas) en este sector, que para 2012 moverá 1,000 millones de turistas internacionales, es generador de 1 de cada 12 empleos en el mundo y representa 12% del total de exportaciones globales y que, por otro lado, si es mal manejado, generará impactos ambientales y sociales muy importantes en los sitios y poblaciones donde se desarrolla.

¿Cuál es el futuro del turismo? ¿Cómo se vislumbra la sustentabilidad en este futuro y cómo estamos preparándonos para atender las tendencias?



Sin duda, el futuro del turismo es promisorio en términos de expansión, pues se espera que en los próximos años mantenga tasas de crecimiento de 4% promedio; sin embargo, el turista está cambiando sus expectativas y formas de planear, realizar y dar seguimiento a su viaje en varios temas.  El reporte “ITB World Travel Trends Report 2010 / 2011 (ITB, Reporte Mundial de Tendencias en los Viajes)” producido anualmente por la consultora IPK International para la ITB de Berlín (una de las ferias de turismo más importantes del mundo) considera tres temas muy importantes a tomar en cuenta a corto plazo: la tecnología, redes sociales y turismo móvil (refiriéndose este último a la tecnología desarrollada para teléfonos inteligentes antes, durante y después de los viajes); los hoteles inteligentes y la forma en cómo los turistas interactúan con estos nuevos centros de hospedaje de tecnología avanzada (cuartos automatizados e incluso robots en recepción); y, uno de los mercados más importantes para el turismo internacional en los próximos años, los LOHAS, (siglas del segmento conocido como Lifestyle Of Health and Sustainability).

Adinerados, educados, saludables y conscientes ambiental y socialmente, el mercado de los LOHAS solo en Estados Unidos representa 19% de la población o 41 millones de personas y un mercado de 209,000 millones de dólares; los turistas que pertenecen a este segmento son considerados como “el nuevo Premium target group” para las empresas turísticas, y están buscando un tipo de turismo que sea ecológicamente sustentable y que cumpla con estándares de ética y justicia social, además de ser amantes de la tecnología, con visión global y estar en búsqueda de nuevas opciones de viaje.

La Universidad de Lucerne, en su estudio de 2011 “Is there demand for sustainable tourism? (¿Existe demanda para un turismo sustentable?)” caracteriza al turista sustentable en seis tipologías e identifica que para el 22% de los entrevistados la sustentabilidad se ubica en el Top 3 de factores al elegir un destino; por otro lado el Foro Económico Mundial (WEF, 2009) estima que hoy 6% de los turistas internacionales pagan extra por cuestiones sustentables pero que hasta un 34% se dice dispuesto a pagar por ellas, mientras se las ofrezcan. El “Holiday Report 2011” del touroperador sueco Kuoni, uno de los más importantes del mundo, muestra que dentro de las cinco tendencias más importantes a seguir están la sustentabilidad del turismo y el incremento en los viajes de ecoturismo; además plantea que el turista cada vez más está al pendiente de las acciones de responsabilidad social y ambiental de las empresas y que está buscando de forma más recurrente nuevas maneras de viajar de forma “eco-friendly”.

En el siguiente link podrán encontrar una breve presentación sobre la demanda de turismo sustentable: http://prezi.com/tpotfophymng/edit/#75

La demanda está cambiando y prueba de ello es que el “turista responsable”, concepto definido en 2009 por el Center for responsable Travel (CREST) de la Universidad de Stanford, tiene tres características básicas: 1. ser interactivo, 2. vivir experiencias, 3. ser social y ambientalmente consciente. Y su número va en aumento. Si seguimos rastreando estudios e investigaciones, encontraremos nuevos segmentos que realizan actividades ligadas al turismo sustentable como el voluntourism, el turismo de base comunitaria, el turismo educacional, y el turismo basado en la naturaleza, entre otros.

¿Y del lado de los tomadores de decisiones y las empresas? Organismos internacionales y nacionales están haciendo el mejor esfuerzo por plantear marcos y estrategias para reducir el impacto de las actividades económicas; hoy la tendencia global apunta a crecer y desarrollar actividades en el marco de “Economías Verdes” y “Economías Bajas en Carbono”; hace unos meses el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Mundial de Turismo (OMT) lanzaron una publicación sobre Green Economy en Turismo, donde se reconoce el potencial de la actividad para cambiar hábitos y prácticas. 



Organizaciones empresariales turísticas globales están planteando metas muy concretas de reducción del impacto del sector en el ambiente, en específico en el clima. Prueba de ello es que el World Travel and Tourism Council (WTTC) publicó en 2009 un compromiso para reducir 50% de las emisiones de Gases Efecto Invernadero del sector turismo para el 2035. También la International Air Transport Association (IATA) tiene la visión de transformar las aerolíneas a una industria carbono neutral a partir de 2020, por mencionar dos organismos líderes.

Las empresas turísticas también hacen su tarea: cada vez un mayor número  de ellas se suman a la implementación de Sistemas de Administración Ambiental y buenas prácticas ambientales, tanto en la operación diaria como en la Planeación Diseño y Construcción de sus instalaciones, incluso buscando certificaciones internacionales o alineándose a los recién lanzados Criterios Globales de Turismo Sustentable (GSTC, por sus siglas en inglés). Temas como la utilización de materiales de la región para la construcción, la arquitectura bioclimática, la eficiencia energética y el uso de renovables, el turismo de bajo impacto, el contacto directo con las comunidades y el creciente involucramiento del turista en cuestiones ambientales y sociales, desde la selección del destino hasta las acciones en el mismo, son una tendencia que no puede detenerse, y que sin duda será responsable del cambio de prácticas y del avance de los destinos turísticos hacia la sustentabilidad.

No podemos pensar en que estas tendencias cambiarán o se detendrán; al contrario, las fuerzas de mercado, las regulaciones, la presión de los consumidores y el reconocimiento de que proteger el medio ambiente también es buen negocio, harán que en los próximos años tengamos una explosión de nuevas ofertas relacionadas con estos temas. Quien tome la iniciativa en estos momentos, se colocará a la vanguardia y captará a este mercado ávido de nuevas propuestas.

Y ya hay quien la está tomando. En Europa el proyecto regional Fast – Lain tiene por objetivo final crear un Observatorio Virtual de Turismo Sustentable a nivel europeo, que permita compartir información en materia de competitividad y turismo sustentable y monitorear los impactos del turismo europeo; el proyecto incluye una plataforma de promoción (Destinet) de destinos sustentables que puede ya consultarse en línea.

A nivel destino, sin duda el proyecto más ambicioso es el de Galápagos, Ecuador, que ha tomado al ecoturismo como bandera para el desarrollo de un nuevo modelo de turismo para la Provincia, con base en tres principios: conservación del medio ambiente, satisfacción plena del visitante y el buen vivir de toda la comunidad. Uno de los componentes más importantes de este modelo es el posicionamiento de Galápagos como un destino de excelencia ligado a la naturaleza.

En México, las Bahías de Huatulco han logrado en los últimos años diferenciarse como un destino de bajo impacto y con un compromiso ambiental importante, gracias al trabajo del Equipo Verde Huatulco, un grupo de ciudadanos comprometidos que han logrado certificar ambientalmente el destino y coordinar agendas de los distintos niveles de gobierno.

Y finalmente en Quintana Roo se ha avanzado en la implementación de buenas prácticas ambientales en los hoteles de la costa, en gran medida por el trabajo de la Mesoamerican Reef Tourism Initiative (Iniciativa de Turismo del Arrecife Mesoamericano – MARTI) quien tiene en su programa de buenas prácticas a más de 100 hoteles que suman 35,000 cuartos. También se ha avanzado en minimizar los impactos previo a la operación de los hoteles; prueba de ello es la publicación de la Guía de Planeación, Diseño y Construcción Sustentable en el Caribe Mexicano, esfuerzo desarrollado por la misma MARTI en conjunto con la Secretaría de Turismo Estatal, y la elaboración de una Norma Mexicana de Construcción Sustentable de Desarrollo Turísticos en la Península de Yucatán, liderada por Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), con la participación de la mayor parte de los actores gubernamentales, públicos, privados y sociales de la Península de Yucatán.

Sin duda existen avances y la tendencia muestra una respuesta de la oferta, sin embargo en México y en otros países de Hispanoamérica seguimos sentando las bases de nuestro “éxito” turístico en el crecimiento de infraestructura y número de turistas (para ejemplo las metas del Acuerdo Nacional de Turismo), y desarrollando nuestros destinos a la vieja usanza como Cabo Cortés en el norte del país o el nuevo CIP Costa Pacífico, por poner solo dos ejemplos. Sin lugar a dudas, el sector turístico de México se encuentra en un momento clave para tomar decisiones respecto al modelo de turismo que necesitamos: un modelo de menor impacto ambiental, de mayor rentabilidad económica y social, de largo plazo, y que aumente la competitividad de nuestro país y nuestros destinos.