domingo, 30 de septiembre de 2012

Turismo Sustentable el nuevo Sexenio, ¿es posible?


Se acaba otro sexenio más y las reflexiones en torno al turismo en México empiezan a leerse y escucharse. Sin duda un sexenio que fue como una montaña rusa, donde pasamos de querer desaparecer la Secretaría de Turismo a declarar el 2011 como el Año del Turismo en México, firmar un Acuerdo con todas las dependencias federales relacionadas con el Turismo y replicarlo en la mayoría de los Estados del País y a lograr una inversión pública “sin precedentes”, frase favorita por cierto de la Secretaria de Turismo, Gloria Guevara. Un sexenio donde nuevamente nuestro crecimiento en llegada de turistas se vio mermado por la falta de políticas públicas adecuadas, la promoción poco focalizada y por supuesto, factores externos como la crisis en EU y ahora en Europa y la influenza, entre otros temas.



Y nuevamente, como hace ya varios sexenios, queda una deuda con el Turismo Sustentable; allá queda la Ley de Turismo publicada y que aún no tiene reglamento, los desarrollos privados como Cabo Cortés y los promovidos por el estado como el CIP Escuinapa, fuera de todas proporciones de sustentabilidad, el poco impulso al turismo de naturaleza y la falta de transversalidad del tema; aunque habrá que reconocer ciertos logros, como el impulso a Green Meetings y la reciente (casi al final del sexenio) firma de acuerdos entre la Secretaría de Turismo y dos instituciones prestigiadas en temas de sustentabilidad: Earthcheck y Rainforest Alliance.



En fin, no es tiempo de lamentarse sino de prepararse para el nuevo periodo presidencial; afortunadamente nuestro presidente electo ha optado por integrar en su equipo de transición a alguien que sí sabe del tema (finalmente se hace así) y que conoce el turismo desde la perspectiva operativa, legal y de política pública: el CP Carlos Joaquín, ex Alcalde de Solidaridad, ex Secretario de Turismo de Quintana Roo y ex Diputado Presidente de la Comisión de Turismo en la Cámara; y aunque aún no se ha hablado mucho de la postura del nuevo gobierno frente al turismo sustentable, estoy seguro que habrá apertura al diálogo en este tema.

Después de algunos años siguiendo y aprendiendo de este tema, desde mi punto de vista la nueva administración debería centrar su esfuerzos en los siguientes temas:

1. Transversalidad de la sustentabilidad en el turismo.

No se puede seguir desligando el tema sustentabilidad del desarrollo turístico, como ha pasado hasta hoy, no podemos tener tan desperdigado el tema al interior de la Secretaría ni seguir desarrollando actividades sin tomar en cuenta estos principios universalmente aceptados y cada vez más solicitados por el turista; por eso propongo la creación de una Subsecretaría de Turismo Sustentable, que concentre los esfuerzos de todos los actores en este tema (ya que ahora el tema depende de diferentes Subsecretarías y Direcciones Generales) y se encargue de asegurar la transversalidad de la sustentabilidad: tanto en la planeación, como en la promoción, como en la operación.

2. Retomar el Liderazgo en el Turismo de Naturaleza.

Con la firma del Convenio entre 14 dependencias para impulsar el Turismo de Naturaleza en México, firmado en 2007, se vislumbraba una nueva etapa para este tipo de turismo en México; sin embargo, el impulso que generó los primeros años se perdió por la falta de seguimiento de la Secretaría de Turismo, quien debía liderar el tema. Esto ha propiciado que las acciones en la materia no estén alineadas, y que dependencias con muchos fondos como la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) invierta millones de pesos en proyectos de infraestructura en zonas que no tienen buenos accesos, en proyectos que no tienen viabilidad de mercado o que, una vez instalados, no son promovidos por ningún organismo; en pocas palabras, que no reciben turistas. La propuesta es que la Secretaría de Turismo retome este liderazgo en el tema, vuelva a convocar a estas dependencias y genere, con base en un análisis serio, un Plan de Acción para el verdadero impulso al Turismo de Naturaleza.

3. Tener una visión Integrada de Zona Costera.

Si bien es cierto que el Turismo de Naturaleza es un sector en crecimiento, también es cierto que el Turismo Costero de Sol y Playa seguirá siendo muy atractivo para el país, debido a los recursos con que cuenta. En los últimos años, hemos desarrollado instrumentos de política ambiental como los Ordenamientos Ecológicos del Territorio que han permitido regular los usos de suelo; sin embargo, al no tener una visión de Zona Costera como un ecosistema completo, seguimos tomando decisiones de crecimiento basados en intereses locales y no en una planeación Regional. La propuesta es desarrollar instrumentos para la toma de decisiones basados en la capacidad de carga de la Zona Costera, para evitar sobredensificación de destinos y desarrollar zonas con potencial de forma ordenada.


4. Trabajar en la Gestión Sustentable de destinos.

Debido a la dinámica y las condiciones geográficas del turismo, cada vez se hace más evidente la necesidad de gestionarlo a nivel destino; el caso de Huatulco (con sus peculiaridades) es sin duda el mejor ejemplo de Gestión a nivel Destino Turístico, logrando integrar a todos los actores relacionados con la actividad y alinearlos hacia la sustentabilidad; si bien es cierto el caso Huatulco se desprende de una Certificación privada (Earthcheck) la “Nueva” Ley de Turismo tiene instrumentos para gestionar de esta manera; la propuesta es que, durante el primer año de gobierno, el Presidente decrete 3 destinos como Zona de Desarrollo Turístico Sustentable (un destino maduro, un destino en crecimiento y un nuevo destino) y contar con su Programa de Manejo y acciones concretas a futuro.

5. Incluir la valuación económica de ecosistemas en la toma de decisiones.

La cereza del pastel en materia de turismo sustentable sería incluir la valoración económica de ecosistemas en la toma de decisiones en materia de desarrollo turístico; la propuesta es, que al momento de analizar una Manifestación de Impacto Ambiental, desarrollar un nuevo proyecto, construir un nuevo hotel, identificar potencial para turismo de naturaleza, se pudiera incluir en los supuesto el valor de los ecosistemas como herramienta para tomar decisiones; imaginen que en las discusiones del 60 TER pudiéramos tomar en cuenta que los manglares ”valen”  $8,240 usd por hectárea por año en función de la protección que brindan a la costa, o que valen $11,500 usd por hectárea por año  por pesquerías… Creo que nuestro México aún esta lejos de eso, sin embargo, no está de más poner el tema sobre la mesa.

Claro que así como estos 5 habrá muchos otros temas pendientes en materia de Turismo Sustentable, y también habrá opiniones diversas sobre el tema, pero si avanzamos en estas, creo que podemos sentirnos satisfechos y esperanzados de que el Turismo Sustentable pueda ser una realidad en nuestro país.

jueves, 6 de septiembre de 2012

CREAR UN NUEVO DESTINO TURÍSTICO EN QUINTANA ROO, CON UN NUEVO MODELO, DIAMETRALMENTE OPUESTO A LO QUE SE HA HECHO CON ANTERIORIDAD, ¿ES POSIBLE?


Cancún como destino y como marca turística ha logrado un posicionamiento como pocos en el mundo; Riviera Maya, su hermana menor, ha logrado en poco más de 15 años consolidarse en el gusto de los viajeros nacionales e internacionales; no por nada, estos dos destinos reciben cerca de 7 millones de turistas al año, que buscan sol, playa, descanso, diversión y pasar unos días olvidados de su realidad.


A pesar de que cada uno de estos destinos tiene un posicionamiento “diferenciado”, ambos llevan el mismo modelo, un modelo de masas que genera grandes beneficios económicos a nivel macro y en lo privado, pero que conlleva sus problemas ambientales y sociales, los cuáles son de todos conocidos. Y no es exclusivo de esta zona, en general, el modelo de desarrollo en México sigue esta misma línea; basta voltear a ver los Cabo Cortés, los Escuinapas, los Isla Blanca, entre otros. Modelos que integran en una cadena rentable a la gran hotelería, los tour operadores con enlaces en mercados de origen, líneas aéreas y algunos pocos prestadores de servicios locales; un negocio cerrado que se pacta incluso antes del inicio de operación de los desarrollos, o la entrada de líneas de crucero.

No se si el modelo es bueno o malo, hay mucha discusión al respecto y a mi me parece que se pueden descubrir fácilmente beneficios y perjuicios; lo que es cierto, es que este modelo no fue concebido ni está pensado para generar un verdadero desarrollo local, para beneficiar a la comunidad ni para impulsarla económicamente, para crear PYMES, para fomentar el consumo de productos locales, para integrar proyectos pequeños en la cadena de valor, para luchar realmente contra la pobreza.



Hace exactamente un mes fui invitado por la organización Amigos de Sian Ka’an a trabajar en un proyecto que busca generar un “nuevo destino turístico” en Quintana Roo; si, como lo oyen, un nuevo destino turístico, con su marca, con su posicionamiento y con sus lineamientos de desarrollo; lo innovador, es que sea totalmente distinto a sus hermanos mayores, incluyendo Cancún, Riviera Maya, Costa Maya y otros más. Un nuevo destino en la zona más rica natural y culturalmente de este Estado, la zona centro, con la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an como joya de la corona y la cultura maya viva, la historia y la selva en sus alrededores; lo innovador, es que busca generar desarrollo regional, impulsar proyectos de base comunitaria, integrar comercialmente proyectos pequeños y crecer ordenada e inteligentemente, generar flujo de turistas conservando los recursos, quitar la presión a la Reserva de la Biosfera y hacer del turismo un verdadero motor del desarrollo local.


Buen reto, ¿no?

Y las preguntas que surgen son, ¿por donde empezar? ¿A quién sumar a esta iniciativa? ¿Con quién aliarse y cómo impulsar algunas inercias que se están dando?

Bueno, el primer paso ya está dado. El Banco Interamericano de Desarrollo, aquella institución que durante muchos años financió grandes proyectos de infraestructura, ha apostado por la zona y por poner una pequeña semilla para empezar a trabajar en este sentido; a nivel local hay también mucho interés en el tema y proyectos ya consolidados que buscan traspasar una barrera comercial importante, y la teoría dice que el mercado de productos turísticos ligados a la naturaleza está creciendo día a día, incluyendo los viajes de ecoturismo, de turismo rural, el turismo científico, el voluntourism (viajes de voluntariado) y otras manifestaciones similares.


Sin embargo, también hay retos importantes y algunas preguntas iniciales que resolver, y que espero en el transcurso de estos próximos meses y años (ya que estos procesos son a mediano y largo plazo) vayan resolviéndose. Sin embargo, haciendo un ejercicio de transparencia y buscando las aportaciones de los lectores, aquí les planteo las que me parecen las más importantes:

  1. ¿Cómo generar lineamientos de política pública para impulsar la zona, pero evitar los impactos que se han generado en el norte?
  2. ¿De que forma conservar la Reserva de la Biosfera pero también utilizar su nombre y posicionamiento como atractor de turistas, como sucede en otras partes del mundo?
  3. ¿Cómo beneficiar a las comunidades aledañas a la Reserva, que dan servicios de ecoturismo, pero que también tienen interesantes proyectos productivos 
  4. ¿Cuál debe ser el posicionamiento de la región? ¿Naturaleza? ¿Cultura viva? ¿Zona Maya? ¿Historia y Guerra de Castas? 
  5. ¿Cómo alinear las políticas públicas estatales y a los organismos de promoción para promover la zona?
  6. ¿Cómo romper la barrera comercial entre los pequeños grupos comunitarios y el mercado turístico, que tiene sus peculiaridades?
  7. ¿Cuál debe ser la visión a largo plazo de la región? ¿Cómo usar los instrumentos de política pública para llegar a ella?
Seguramente este proyecto será un primer paso para generar una bola de nieve que logre impulsar la zona, generar flujos de turistas conscientes y solidarios, beneficiar a los pequeños productores y sobre todo, generar un ejemplo de cómo hacer un turismo diferente, como cambiar modelos, como (aunque se oiga trillado) pensar fuera de la caja, romper esquemas y cambiar el tan famoso “Business as usual”.

Los invito a estar al pendiente de los avances de este tema y a involucrarse en la medida que sus posibilidades les permitan; de inicio, los invito a conocer o regresar a esta zona de SU estado, y descubrir o redescubrir este Quintana Roo tan maravilloso.


domingo, 8 de julio de 2012

YO NO VOTÉ POR USTED SEÑOR PEÑA NIETO - REFLEXIONES DE UN CIUDADANO


Soy un simple ciudadano enamorado de este país llamado México, un país grande por lo que respecta a su gente, a sus recursos naturales, a su riqueza cultural y a su patrimonio histórico; a veces demasiado grande creo yo para nuestra clase política.

Sin embargo, la presente no pretende ser una crítica a las instituciones, a los políticos, al sistema democrático nacional ni al resultado de las últimas elecciones del País, porque de eso creo que ya hemos tenido mucho en los últimos días. No conozco persona que no se haya quejado del resultado de las elecciones, de la compra de votos, de lo excesivo de los gastos de campaña, de las televisoras, de los encuestadores, de la izquierda que no reconoce los resultados de la elección, del movimiento “Yo soy 132”, de las manifestaciones, de la guerra contra el narco y sus nefastos resultados, de nuestra decisión de mantener a partidos pequeños que a su vez son grandes negocios, de la pobreza en que vivimos, del estancamiento de la inversiones, y de muchas otras cosas que pasan en nuestro país, y en particular en el estado en que vivo, Quintana Roo.

No, esto no es una crítica, ni a la derecha, ni a la izquierda, no a los rojos, verdes, amarillos o azules. Es una reflexión muy sincera de nuestro papel como ciudadanos.

Esta carta solo pretende ser un ejercicio escrito de lo que creo que, a nosotros como ciudadanos nos toca  jugar en los próximos seis años, en los próximos doce, dieciocho, veinticuatro o los que nos permita la vida vivir en México o fuera de él.

Soy un simple ciudadano, que trata de hacer lo mejor por la tierra que adora, de la cuál ha vivido lejos y en la cuál ha estado muy de cerca; que trata de incidir para que las cosas mejoren, que separa su basura en su casa, que se involucra en proyectos locales, que lee, que trata de educar a sus alumnos y trata de inculcar con todo aquel que con el que convive el amor y el respeto por los demás, que se preocupa por la falta de equidad, por la falta de empleo, por la pobreza, por la desigualdad social, por el respeto a los animales, por el cuidado del medio ambiente, en fin, que se preocupa y trata de ocuparse lo más posible por este México que le duele, que le entristece, pero también del que le hace vibrar y sentir muy orgulloso.

Y esto es lo que me ha llevado a escribirle esta carta, que probablemente nunca lea, pero que espero que quienes la lean puedan con sus acciones hacerle saber a usted, y a la clase política de este país, que como ciudadanos tenemos una obligación tanto constitucional y moral de construir el país que todos queremos.

Usted será el presidente de este Mi México los próximos seis años; gobernará a más de 100 millones con base en la voluntad de solo 16, porque así se lo permite la estructura democrática que hemos construido, o que hemos dejado que se construya.

Y a pesar de no haber votado por usted, tengo la obligación de decirle que trabajaré por que este México, que es tan suyo como mío, vaya para adelante, no se estanque, no se apague, no se congele, no se vuelva un país que no avanza.

Yo le prometo que seguiré trabajando con base en mis ideales, lo que me inculcaron mis padres, lo que con el tiempo he aprendido y con lo que creo que se merece este país: honestidad, dignidad, aplomo, ganas de cambiar las cosas, empuje y tolerancia, porque creo que no hay otra forma.

Y probablemente sería suficiente a los ojos de algunos pedirle que usted haga lo mismo, que trabaje por este México que a pesar de parecer que es de unos cuantos, nos pertenece a todos; pero creo que no es suficiente, creo que exigir, cruzarse de brazos, cerrar los ojos y quejarse después de dos, tres o seis años no ayuda a nadie.

Le prometo que seguiré de cerca sus decisiones, sus acciones, sus propuestas y proyectos, las suyas y las de su gabinete, la de nuestros “representantes” en las Cámaras de Diputados y Senadores federal y estatales, de nuestros Regidores, de nuestros Gobernadores y Presidentes Municipales, y sé que en algunas estaré de acuerdo y en otras no, pero de lo que si estoy seguro es que ya sea una u otra, seré lo suficientemente responsable para que ustedes sepan si estoy o no de acuerdo con ellas.

¿Cómo? Haciendo marcación personal a nuestros legisladores, conociendo a detalle sus propuestas, participando activamente en la política pública en los temas que me interesan: turismo, medio ambiente, cambio climático, equidad, democracia, derechos humanos, bienestar animal, entre muchos otros generales y por supuesto, en los locales que me conciernen.

Como ciudadano de este país maravilloso, me comprometo a salvaguardar los intereses del mismo; probablemente usted dirá bueno, es uno, perdido entre muchos otros a los cuáles no les interesa su país y no votan, o no participan, o tratan de desestabilizar, o intentan sacar provecho de sus puestos y sus cotos de poder que nosotros mismos les hemos permitido tener. Pero, ¿se imagina que se encontrará no con uno, sino con muchos como yo? ¿Con personas comprometidas que sigan paso a paso las acciones de su gobierno con un punto de vista crítico y que se atrevan a dar a conocer abiertamente sus puntos de vista? Creo que entonces sí tendríamos un nuevo México, un nuevo país.

Me comprometo, como lo he hecho hasta ahora, a pagar mis impuestos, a mantener limpia la entrada de mi casa, a ser un ciudadano civilizado, a ayudar a los demás, a protestar cuando las cosas no me parezcan, a conocer a mis representantes, a mejorar mi ciudad, a proteger el medio ambiente, a promover el turismo sustentable, a informarme, a apagar la tele y leer más, a promover la reflexión entre mis iguales, a amar a México y a luchar por él, para que podamos tener el país que soñamos, el país que anhelamos, el país que nos merecemos, porque sí, vaya que hay muchos que nos merecemos un mejor país, mejores autoridades, mejores leyes, mejores gobernantes, mejores sistemas de impartición de justicia, un país de avanzada, que conserva sus recursos naturales, cuyas inversiones generen beneficios sociales, donde el campo avance, donde las comunidades más alejadas puedan salir adelante, donde podamos vivir en armonía y donde haya paz.

Yo no voté por usted señor Peña Nieto, sin embargo, usted será los próximos seis años la cara de este país que quiero, y para el cuál quiero lo mejor. Y por esta razón yo (y espero que muchos más) me comprometo a luchar incansablemente por mejorar mi país, mi estado y mi ciudad.

Me gustaría pedirle lo mismo, pero no lo haré hoy, lo haré con mis acciones diarias, desde mis trincheras, los próximos seis años y los que me queden por vivir.

Vicente Ferreyra Acosta

Julio de 2012